miércoles, 25 de mayo de 2011

CLAFOUTIS DE CEREZA


Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de mayo nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa, Clafoutis.

Dudé bastante si hacerlo de alguna otra fruta (pera, manzana, fresas,...), pero al final como nunca lo había probado, me decidí por el de cerezas: el original.

Otra duda que tuve  es si poner las cerezas enteras o deshuesadas. La receta original es con las cerezas enteras, pero actualmente por comodidad a la hora de comerlo suele hacerse con cerezas deshuesadas.

Y otra vez, a por el clásico: con cerezas enteras.  Y creo que fue todo un acierto, las cerezas quedan súper jugosas, con el calor revientan y tiñen la masa de alrededor....mmm! Buenísimo!

Además son muy fáciles de ir retirándolos al ir comiéndolo, como la cereza queda asada, el hueso se suelta y se puede quitar muy fácilmente.

Consiste básicamente en hornear en un molde una masa parecida a la de los crepes "rellena" con unas cerezas bien maduras.
Con esta base, no podía quedar mal, estaba claro.

Podemos hacerlo en un molde grande o en individuales, como más nos guste.

Ingredientes:
- cerezas bien maduras
- 3 huevos enteros
- 100 gr de azúcar glas
- 125 gr de harina
- 30 cl de leche
- 50 gr de mantequilla
- una pizca de sal

Para decorar: cerezas, azúcar glas,...

Empezaremos retirándoles los rabitos a las cerezas y lavándolas bien, para eliminar cualquier rastro de polvo.

Si optamos por deshuesar las cerezas (se hace genial con la "camisa" de un boli bic, es súper cómodo y quedan muy enteritas) las pondremos con la mitad del azúcar a macerar, sobre media hora.

Si las usamos enteras no es necesario hacer este paso.

En un bol batimos bien los huevos como si fuese para tortilla.

Añadimos la leche, y removemos.

Derretimos la mantequilla en el microondas o a fuego suave, y la mezclamos con los huevos.

En otro bol tamizamos la harina, y le añadimos el azúcar glas y la sal.

Lo mezclamos con los huevos y la mantequilla, y removemos bien. Como la masa es bastante líquida se hace muy fácilmente.

Untamos con un poco de mantequilla los moldes que vayamos a utilizar.
Ponemos las cerezas bien repartidas (la cantidad que queramos, según nos guste con más fruta o menos), y vertemos la masa con cuidado por encima.
Tienen que quedar cubiertas.

Los metemos en el horno precalentado a 180º, unos 20-30 minutos (dependerá del tamaño del molde).

Mientras se hornean, podemos ir viendo como las cerezas van soltando todo su jugo e invadiendo la masa poco a poco... dan ganas de abrir el horno y probarlo, qué apetecible.

Para saber si están listos hacemos como si fuese un bizcocho: pinchando con un palillo fino hasta que salga limpio.

Los sacamos del horno cuando estén listos, y los dejamos enfriar.

Los servimos en el molde,  tal cual o espolvoreados con azúcar glas, como prefiramos. 

Están mucho mejor el primer día.
                                                                             


Tengo que reconocer que esta era una receta a la que no le tenía "mucha fe", pero me sorprendió gratamente.

Queda muy parecido a un bizcocho ligero con las cerezas super jugosas en el interior... rico, rico!

Lo probaré con otras frutas, creo que de pera o frutos rojos puede estar también muy bueno.

Desde luego es un postre que se hace muy rápidamente, con muy poca materia grasa y a la vez muy rico y vistoso, así que os animo a porbarlo!

lunes, 23 de mayo de 2011

#MEGAGOMINOLA


Pues ya está aquí la megagominola! A principios de mes unos cuantos blogs os presentábamos una entrada común: la megamagdalena.

Hoy es el día de la #megagominola. Este evento está organizado por Belén, del blog Cocinar para dos. Os recomiendo que os paséis por su blog, en poco más de un año ha conseguido convertirse en un blog de referencia, tiene unas cosas de "quitar el sentío". Y encima nos podemos bajar un pdf con sus recetas, una maravilla. ¡Gracias, Belén!

Estuve mirando varias recetas de gominolas, y al final me quedé con estas 100% naturales. La receta es del blog de Sandeea, La receta de la felicidad. A estas alturas ya no me queda nada que decir de este blog de matrícula de honor.


La verdad es que las suyas quedaron bastante mejor que la mía... creo que me quedé corta con el agar-agar, no estaba todo lo "gelatinosa" que debería.

Pero desde luego estoy orgullosa de esta megagominola tan natural: lleva simplemente fruta, agua, azúcar y agar-agar (es una gelatina natural que se extrae de algas marinas). Súper sana!
Puede sustituirse el agar-agar por gelatina neutra, la receta de Belén es muy parecida a esta pero con gelatina.

Y encima se prepara súper rápido, no nos llevará más de 10 minutos.

Podemos hacer una grande, como en mi caso, y luego cortarla para comerla, o directamente hacer gominolas más pequeñas, con formas divertidas en cubiteras o moldes de silicona.

Ingredientes:
- 250 gr de puré de fruta (yo utilicé fresas frescas y melocotones en almíbar)
- 150 gr/ml de agua
- 150 gr de azúcar
- 8 gr de agar agar (mejor en polvo)









En un cazo ponemos el agua al fuego, y cuando empiece a hervir ponemos el agar-agar.

Podemos encontrarlo en polvo, escamas o en tiras largas y delgadas. Yo lo utilicé en hebras, y la verdad es que tardó bastante en deshacerse, tuve que remover un buen rato.
Esta semana lo encontré en polvo, así que pronto volveré a hacer gomis, a ver si me quedan mejor de textura (porque de sabor estaba muy muy buena).


Mientras se calienta el agua, hacemos puré la fruta (también puede ser zumo en vez de puré, en este caso añadiremos menos agua), y lo mezclamos con el azúcar.

Cuando el agar-agar se haya disuelto por completo, retiramos del fuego y añadimos el puré de fruta con azúcar.

Removemos bien, y volvemos a llevar al fuego, sin dejar de remover durante dos minutos.

Vertemos sobre los moldes que vayamos a utilizar, y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
En una hora estarán listas para tomarse.

Para hacer el corazón con dos sabores, pegué con unos trozos de celo una tira de acetato que dividía el molde a la mitad. Es importante que se pueda retirar sin tocar el líquido, así que sólo pondremos celo en las partes que luego no quedarán sumergidas.

Vertemos los purés en ambas partes, y cuando hayan gelatinizado lo suficiente como para que no se mezclen pero sí se peguen entre ellos, retiramos con cuidado el acetato.
Podemos comerla tal cual o rebozarla en azúcar (en este caso, mejor en el último momento, como se aprecia en las fotos según iban pasando los minutos el azúcar se iba humedeciendo y disolviendo).


Como están hechas con fruta fresca, es mejor consumirlas cuanto antes, aunque Sandeea comenta que las ha llegado a guardar hasta una semana en un bote hermético en la nevera.

Tanto de sabor como de textura me recordó mucho al dulce de frutas de 3 colores que podemos encontar en el súper (que me encanta, por cierto). 

¿Cual será el próximo mega-reto...? Estoy deseando saberlo!

miércoles, 18 de mayo de 2011

POLLO TIKKA MASALA


Whole kitchen en su Propuesta Salada para el mes de mayo nos invita a preparar un clásico de la cocina asiatica, Tikka Masala.

El pollo tikka masala es uno de los platos más famosos de la comida hindú, pero sin embargo parece ser que no es tan conocido en la India como en el resto del mundo... ¡qué curioso!

Consiste básicamente en carne de pollo macerada en yogur, hierbas y especias, y luego asado y mezclado con  una salsa de tomate y cebolla especiada.
Dicho así parece un plato muy básico, pero creedme, tiene un montón de matices, es un plato excelente.

Hay dos versiones de presentar este pollo: una en la que el pollo se cocina y luego se mezcla con la salsa de tomate, servido como un guiso,  y la que yo he escogido, en la que ambas cosas se cocinan y se sirven por separado.
Me gusta que los sabores se distingan bien, y creo que en este plato es todo un acierto hacerlo así, y luego ir mezclando en el plato a nuestro antojo.


Podemos utilizar un montón de especias distintas, yo he utilizado básicamente cúrcuma, comino y pimentón picante (regalo de mi amiga invisible Patricia, del blog mis galletas y más) y una mezcla especial para tikka masala, regalo de Patt, de cocinando para lola... muchas gracias, Patricias! 
Esta mezcla especial puede hacerse en casa, comprarla ya lista, o incluso en pasta, que seguro que es muy cómodo).

Para acompañarlo, hice arroz basmati y el  pan naan de yogur y ajo de la entrada anterior.
El pollo ligeramente picante y la salsa de tomate especiada combinan a la perfección con la suavidad del pan y del arroz. Un plato muy equilibrado.

Al igual que el pan naan, el pollo suele hacerse en el horno tandoor. Una buena opción  para hacerlo en casa es hacerlo a la parrilla, queda muy parecido.

Ingredientes:
- carne de pollo deshuesada (mejor pechuga)

Para macerar el pollo:
- 1 yogur natural
- cilantro picado
- 1 diente de ajo rallado
- pasta o mezcla especial tikka masala

- 1 cayena picada
- cúrcuma
- comino molido (o entero)
- sal

Para la salsa de tomate:
- tomates enteros y pelados
- cebolla
- cilantro
- comino molido
- pimentón picante
- especias tikka masala
- sal
- azúcar
- aceite de girasol

Empezaremos limpiando y deshuesando el pollo. Lo ideal es usar pechuga, ya que es la carne más magra y limpia del pollo, pero podemos utilizar cualquier parte.

Lo picamos en trozos medianos, y ponemos una pizca de sal, más o menos la mitad del que pongamos normalmente.

En un bol, mezclamos el yogur natural, el cilantro finamente picado, el ajo rallado, la mezcla especial tikka masala, la cayena picada, y por último la cúrcuma y el comino molido.

Si no so gusta mucho el picante, suprimid la cayena, queda bastante "ardiente".

Podemos añadir también: curry, jenjibre rallado, coco,...)

Añadimos el pollo, mezclamos bien, y dejamos unas horas en la nevera. Si podemos dejaremos que macere toda la noche. 


Para hacer la salsa de tomate, empezaremos por picar unos aros de cebolla muy finos.
Los confitamos en unas cucharadas de aceite de girasol, hasta que estén blandos y con color tostado.

Añadimos los tomates picados en dados, y mezlcamos bien. Yo utilicé tomates enteros en lata, me gusta mucho como quedan para estas salsas.

Pondremos también una cucharada de té de azúcar y otra de sal, el cilantro picado, y las especias al gusto.

Dejamos que se haga lentamente, sobre media hora, hasta que los trozos de tomate se deshagan, removiendo de vez en cuando.

Mientras se hace la salsa, pincharemos los trozos de pollo en unos palos de brocheta, y los haremos a la parrilla, si es posible.
Si no, podemos hacer las brochetas a la plancha o al horno, como prefiramos.

Como os decía, hay dos opciones de presentación:
La primera de ellas es sacar los trozos de pollo de la brocheta, y mezclarlos con la salsa de tomate, manteniéndolos en el fuego unos 5 minutos para ligar sabores.

A mi me gustó más la opción de servir el pollo y la salsa por separado, para poder probar los sabores individualmente, e ir mezclando en cada bocado a nuestro gusto.

Podemos también rociarlo con zumo de lima o de limón, para darle un toque más fresco.


Este es una receta muy sana (siempre que no tengamos problemas en el aparato digestivo), lleva poca sal y si os fijáis casi nada de grasa, simplemente unas cucharadas de aceite para la salsa de tomate.

Eso si: un rato después de acabar de comer, nos entraron unos calores increíbles, una pasada.

Me encantan las carnes maceradas en yogur, queda muy tiernas y sabrosas. En este caso además contamos con todos los sabores del resto de ingredientes: es un plato muy aromático pero no cansino.
Además, podemos añadir la cantidad de condimentos a nuestro gusto, así que podéis hacerlo desde muy suave a muy "hot", lo dejo a vuestra elección.

Yo desde luego repito seguro.

lunes, 16 de mayo de 2011

PAN NAAN CON YOGUR Y AJO


El pan naan es típico de la comida hindú, es una torta de pan aromático y bastante suave ideal para acompañar comidas especiadas y picantes.

Puede aromatizarse con un montón de cosas: especias (curry, cúrcuma,...), frutas (coco,  uvas pasas,,...) o como en este caso: con yogur natural y ajo.

La receta es de Pepekitchen, en cuanto vi estos panes supe que tenía que probarlos, y no me han defraudado en absoluto.

Se comen calientes o templados, por lo que tanto el aroma como la textura se mantienen perfectos.  Estoy desando volver a hacerlos, y probar con otras especias, están muy buenos.

En principio no iba a publicar esta receta individualmente, sino que iba a acompañar a la siguiente.
Para que nadie se quede dormido leyéndola, ya que iba a ser demasiado larga, he decidido separarla, así que perdonad por las fotos: son pocas, todas muy parecidas y del mismo pan, muy monótonas.


Las cantidades que os pongo son para 4 panes.

Ingredientes:
- 100 ml de agua templada
- 1 yogur natural entero
- 1 cucharadita de mantequilla derretida
- 1 cucharadita de sal
- 360 gr de harina de fuerza
- 1 diente de ajo rallado
- 2 cucharaditas de miel
- 1 pizca de cominos molidos o enteros
- 1 cucharadita de levadura de panadero seca

Para pincelar:
- mantequilla derretida
- cilantro picado

La masa como siempre podemos hacerla a mano, método tradicional, o en la panificadora, como yo.
No sé si alguna vez os había comentado lo encantada que estoy con mi pani,...jajajaja! Vaaaale, sé que lo digo siempre, pero es que es una maravilla.
Cuando me apetece, sigo haciendo las masas a mano, pero cuando estoy justa de tiempo, suele ser mi salvación, nunca falla.

Para hacerla en panificadora, empezaremos como siempre poniendo los líquidos, en este caso el agua, la mantequilla derretida y el yogur.

Añadimos la sal.

Luego pondremos la harina (en la receta original eran sólo 300 gramos, pero quedó muy húmeda, imposible de manejar), y sobre ésta, en 3 esquinas de la cubeta ponemos el ajo molido, la miel y el comino.
Hacemos un agujerito en el centro de la harina, y ponemos la levadura.

Programa masas... ¡y a esperar!


Para hacerla manualmente, pondremos la harina mezclada con la levadura en un bol. Añadimos el comino, la sal, la miel y el ajo rallado, y mezclamos con una cuchara de madera.

Luego añadiremos los líquidos: el agua tibia, la mantequilla derretida y el yogur natural.
Mezclamos primero con una cuchara de madera, y cuando se haga difícil pasamos a hacerlo con las manos.

Cuando esté todo mezclado, sacamos la masa del bol y  sobre una superficie lisa amasamos al menos 10 minutos, para que quede una masa elástica y manejable. Si es necesario, añadiremos algo más de harina durante este proceso.

Hacemos una bola, y la ponemos en un bol cubierta con un paño o film y la dejamos fermentar, al menos una hora en un sitio cálido y sin corrientes, hasta que doble su volúmen.


A partir de aquí los pasos son comunes:

Boleamos la masa, y la cortamos en 4 partes iguales, más o menos.

Hacemos una bola con cada una, y con un rodillo sobre una superfice enharinada las estiramos con forma alargada y plana, más o menos de 1 cm de grosor.

Podemos hornearlas sobre cualquier chapa de horno, o si tenemos, sobre una piedra para pan o pizza... ¡quedan perfectos!

Lo más importante es que la base sobre la que pongamos el pan esté bien caliente, como las paredes del horno tandoor en el que se hacen normalmente estos panes.

Para ello, habremos precalentado el horno a 240º, con la base sobre la que haremos los panes dentro. Yo en este caso utilicé una piedra (falsa, en realidad es cerámica) para pizza.

Cuando estén bien caliente, ponemos rápidamente sobre ella los panes, y llevamos al horno unos 8-10 minutos, o hasta que veamos que están listos.
Si están aún pálidos, los ponemos unos segundos bajo el grill.

Cuando los saquemos, pincelamos con una mezcla de mantequilla derretida y cilantro picado, y los cubrimos con un paño para que se mantengan calientes hasta que los vayamos a servir.

Como os decía a nosotros nos encantaron... ¡a ver quien se resiste ante un pan como este recién hecho!
Por aquí nadie, desde luego.

lunes, 9 de mayo de 2011

¡GOFRES!


Tengo que confesarlo: amor a primera vista. Cuando vi esta receta en el blog de Julia, Postreadicción,  casi me desmayo.

Fue tal el flechazo que los hice ese mismo día, sin tener gofrera ni nada parecido, directamente a la plancha en una sartén... así que no quiero ver ningún comentario de esos de... "no puedo hacerlos, no tengo gofrera"... XD

Me encantan los gofres, pero lo que no me gusta tanto (manías que tiene una) es comer por la calle, caminando. Ahora ya no tengo excusa para disfrutar de un gofre calentito, crujiente en el exterior pero blandito por dentro... y con ese olor al hacerlo...mmmm.... rico, rico!

El azúcar perlado les da un toque genial, con pequeños trocitos crocantes entre la masa.
De hecho, un día los hice sin él, y no parecían gofres, eran casi como tortitas americanas. La mantequilla les daba mejor sabor, pero la textura era muy parecida.
Merece la pena hacerlo, en 10 minutos tenemos azúcar para 3 recetas de gofres.


Julia prometía que eran tan cual los auténticos, y yo lo corroboro. De hecho, ya los he hecho 2 o 3 veces desde entonces, y siempre con la misma receta, no he probado ninguna otra.

Además, como en el 2010 fui muy muy muy buena, los Reyes Magos me dejaron en casa de mi hermana una gofrera... qué buen regalo!
Tiene 3 planchas intercambiables, así que podemos usarla de sandwichera, gofrera, o como plancha para hacer bocadillos más grandes o incluso verduritas... 3 en 1, no se le puede pedir más!
Baltasar me dijo que la habían conseguido en club cocina, por si os interesa ;-).

Con esta receta salen unos 8 gofres de los cuadrados, más grandes, y 10-12 de los redonditos, mas pequeños. 

Ingredientes:
Para los gofres:
- 375 gr de harina de fuerza
- 135 gr de leche tibia
- 1 sobre de levadura seca de panadero
- 2 huevos pequeños +1 yema
- una pizca de sal
- una pizca de azúcar vainillado

- 200 gr mantequilla a temperatura ambiente
- 250 gr de azúcar perlado

Para el azúcar perlado:
- 700 gr + 1 cucharada de azúcar
- 230 gr de agua
- 1 clara de huevo 

Para acompañar:
- salsa de chocolate, nata montada, fresas, nueces,...

Empezaremos haciendo el azúcar perlado.  Con esta cantidad de ingredientes nos sobrará bastante, pero se guarda perfectamente en un tupper para la siguiente vez que hagamos gofres, que seguro que es muy pronto.

Ponemos en un cazo grande el agua y los 700 gr de azúcar, removiendo de vez en cuando hasta que alcance punto de bola fuerte, a 126º.

Mientras tanto, vamos montando la clara e incorporando la cucharada de azúcar poco a poco, haciendo un merengue firme.

Cuando el almíbar esté en su punto, lo retiramos del fuego y añadimos el merengue, removiendo rápidamente con una cuchara de madera.
Notaremos que espumea y sube bastante (de ahí que el cazo tenga que ser grande), pero enseguida se baja.
Damos un par de vueltas más, y lo vertemos sobre una bandeja de horno con papel sulfurizado con mucho cuidado, extendiéndolo para que quede una capa fina.

Lo dejamos enfriar, y luego lo desmenuzaremos en trozos pequeños.

Listo para usarse, aquí lo tenéis.


Para hacer la masa de los gofres, empezaremos hidratando la levadura seca en la leche tibia.
Como siempre os digo, es importante que no esté caliente, sólo tibia, para que no muera la levadura.

Añadimos los huevos batidos, y removemos bien.

Luego ponemos la harina, la pizca de sal y el azúcar vainillado, y mezclamos hasta que todos los ingredientes se integren.

Queda una masa bastante espesa, casi como la de galletas.

La cubrimos con un film y la dejamos reposar una hora alejada de corrientes, mejor si es en un sitio cálido.


Mientras leva, pesaremos la mantequilla y la cortaremos en cubitos pequeños, para que luego sea más fácil incorporarla a la masa (cuando lo hagamos, tiene que estar a temperatura ambiente).

Una vez haya doblado su volumen, añadimos la mantequilla y el azúcar perlado, y removemos hasta que queden bien repartidos en la masa.

¡Ya tenemos la masa lista! Así de fácil.
Aunque está bastante más esponjosa, sigue siendo bastante espesa y difícil de manejar, yo suelo hacerlo con dos cucharas soperas, es como mejor consigo "domarla".


Podemos hacerlos en la gofrera o a modo de tortitas, a la plancha.

Si los hacemos en la gofrera, podemos hacerlos rectangulares o redondos.

Para  hacerlos rectangulares, usaremos más cantidad de masa, extendiéndola por toda la superficie de la placa.

Para los redondos, ponemos una bola de masa en el centro, y al bajar la tapa se aplastará y cogerán la forma.

A veces sueltan un poco de almíbar, que se va a los bordes. Cuando pasa esto, yo lo retiro con un trozo de papel de cocina, para que queden bien crujientes por fuera.
Si no queremos hacerlos todos, podemos congelarla perfectamente. Yo congelo paquetitos con masa para 2 gofres, y así cuando nos apetecen saco uno, esperamos un ratito hasta que se descongele... ¡y a la gofrera!


Los dejamos hacerse hasta que tengan el grado de tostado que prefiramos.

Cuando estén a nuestro gusto, los sacamos con cuidado, y dejamos que enfríen unos segundos, ya que salen muy calientes.

Podemos acompañarlos con nata, fresas, salsa de chocolate, nueces, dulce de leche, ... con cualquier cosa! (De hecho a mi me encantan con un trozo de queso suave cuando están fríos, mmmmm)

Si os gustan los gofres os recomiendo probar esta receta, están de muerte. ¡Palabra de golosa empedernida!

martes, 3 de mayo de 2011

#MEGAMAGDALENA


¡Esta vez si! Los que seáis asíduos a blogs de cocina, recordaréis que la #megagalleta inundó nuestras pantallas hace una temporadita.

Un montón de personas hicieron megagalletas (algunas realmente enormes) y las publicaron el mismo día en sus webs, blogs, facebooks, twitters.... y no no me enteré del evento hasta que las vi publicadas! jiji! Seré zoqueta! Eso si, me dije: esto no me vuelve a pasar! Y me hice una cuenta en twitter al momento.

No sé qué tienen las cosas de comer gigantes (hamburguesas como para 4 personas, croasanes gigantes, sándwiches de 50 cm de largo,...) que nos encantan. Al menos a mi, siempre me llaman muchísimo la atención. Supongo que será parte de nuestro pasado "animal", el instinto de supervivencia, que aflora aunque sólo sea unos segundos.

Pues eso, que esta vez si! Me enteré a tiempo, así que aquí os traigo mi #megamagdalena! Y si os apetece ver alguna más (en total 97 mega magdalenas), aquí os dejo un link que os llevará a Lazy blog, el "incitador" del evento.

Pesa ni más ni menos que 1.490 gr,  es enorme! Y digo es porque aún queda la mitad, era tan grande que decidí congelar dos cuartos para disfrutarla más espaciadamente.
Viene a ser como dos docenas de magdalenas normales... ¡una montaña de placer!


La verdad es que cuando vi lo de la mega magdalena me asusté un poco, porque hornear cosas tan grandes es un poco difícil, sobre todo si tenemos un horno tan básico como el mío (sólo gril y calor abajo, nada de turbo ni calor arriba... y mucho menos pirólisis! jijiij).
Pero bueno, sabía que lo peor que podía pasar era que se quedase crudo por dentro y quemado por fuera, así que siempre habría una parte intermedia que se podría comer... no habría que tirarlo todo!

Al final la cosa salió bastante bien, me quedó un poco tostada por fuera, pero bastante aceptable.  Quedó aceptablemente bien cocida, con algunas marcas en la miga, pero bastante homogénea.


La receta está buenísima, tenía ganas de probarla, son las magdalenas clásicas de limón y canela de Xavier Barriga, de su libro "Pan".  A todo el mundo que las ha probado les han encantado, así que esta me pareció la ocasión perfecta para hacerlo.
Y sí, lo confieso, soy otra fan de las magdalenas de Xavier Barriga. Si haciéndola tan grande queda tan rica, no quiero pensar cómo quedará hecha a tamaño normal....mmmm! Me dan ganas de sacar un trozo y comérmelo así congelado y todo, jajajaja!

Como molde utilicé uno de pyrex,  había pensado en hacerlo en uno de aluminio de esos donde ponen los pollos asados, pero antes encontré este y me pareció también muy apropiado... y de paso me hago con un molde más... creo que esto ya se está convirtiendo en un problema "a tratar por un profesional cualificado".

Ingredientes:
- 250 gr de huevos
- 350 gr de azúcar
- 120 ml de leche
- 380 ml de aceite de girasol
- 420 gr de harina floja (de trigo)
- 10 gr de impulsor o levadura química
- canela en polvo y ralladura de limón
- una pizca de sal





En un bol batimos los huevos con el azúcar, hasta que el azúcar se disuelva (también podemos usar azúcar glas).
Yo lo hice con la batidora de varillas, ya que esta receta es de batir bastante (y sobre todo por la cantidad de masa que acabé manejando).

En otro bol o en una jarra, mezclamos la leche con el aceite de girasol, y lo vamos incorporando a la mezcla de huevos y azúcar, batiendo lentamente.

Mezclamos (también aparte) la harina con el impulsor, la sal, canela y la ralladura de limón (yo le puse la ralladura de un limón grande entero, me encanta el aroma de limón).
Podemos utilizar como impulsor levadura química o bien unos sobrecitos de gasificante que también son muy fáciles de encontrar. Yo le puse levadura química, que era lo que tenía en casa.

Añadimos también lentamente la mezcla de harina a la mezcla anterior, sin dejar de batir a baja velocidad.


Cuando esté todo bien mezclado, subimos la velocidad y batimos 2 o 3 minutos. Yo este paso no lo pude hacer, tenía miedo de que se quemase la batidora, se notaba que le costaba un montón. Lo ideal es hacerlo en un robot amasador, así que si tenéis, usadlo. Si no, pues como yo, batimos sólo unos segundos y listo!

Dejamos reposar la masa al menos una hora en la nevera, mucho mejor si es toda la noche (yo la dejé toda la noche, me gusta repartir el trabajo de las recetas).


Precalentamos el horno a 250ºC, y mientras tanto vertemos la masa en el molde.

Yo como os decía utilicé uno de pyrex forrado de papel de hornear.
Si hacemos magdalenas normales, es muy cómodo para repartirla ponerla en una manga pastelera. En el libro nos aconsejan hacer magdalenas de unos 60 gramos, llenando no más de 2/3 de la cápsula.

Cuando el horno esté bien caliente, metemos el molde en la parte baja del horno y bajamos la temperatura a 210ºC.

Si fuesen magdalenas normales, en unos 15 minutos estarían listas.

Mi megamagdalena estuvo en total una hora y 20 minutos.
Primero estuvo unos 30 minutos a 210º, y luego bajé la temperatura a 190 para que se cociese más lentamente, y los últimos 20 estuvo a 160º.
Además la giré un par de veces, ya que mi horno se calienta mucho más por un lateral que por otro. 
También tuve que ponerle un trozo de papel de aluminio para que no se quemase por arriba, más o menos a la mitad del tiempo total .


Durante los primeros 40 minutos no abrí la puerta del horno,  y luego siempre lo menos posible, lo justo para girarla y  pincharla para ver si ya estaba lista.

Cuando vi que estaba bien pasada por todas partes, apagué el horno y la dejé  5 minutos con la puerta entreabierta.
Luego la saqué y la dejé que enfriase un poco. Cuando estaba más o menos manejable, la saqué del molde de pyrex y la puse sobre una rejilla, hasta que enfrió del todo.

La verdad es que pensaba que al ser tan grande no iba a subir casi nada, o que quedaría más plana, pero no, quedó con un copete bastante majo. Y más esponjosa de lo que me esperaba.

Podemos dejarla así tal cual o decorarla un poco, por ejemplo con un trozo de papel de regalo y un lazo a juego. En  menos de dos minutos, conseguimos una megamagdalena  "fashion".

Para rematar, espolvoreamos un poco de azúcar glas, si nos gusta este acabado. A mi me encanta.


Sin duda el momento de mayor tensión fue el del corte... qué nervios! Podía irse todo el tiempo y esfuerzo al garete, pero por suerte salió bastante bien. Si la corto y está cruda por dentro, me da algo.

Como os decía al principio, me ha encantado esta masa. La combinación de limón y canela es espectacular, muy fina, creo que la voy a utilizar bastante a partir de ahora en galletas y bizcochos.

Estoy muy contenta de haber participado en este evento de la megamagdalena, os animo a participar en los siguientes, que seguro que alguno más habrá.